A todos los pueblos
latinoamericanos:
El presidente del gobierno mexicano
López Obrador ha exigido disculpas al rey de España, Felipe VI en
nombre de los españoles, por los crímenes sucedidos desde la
conquista, desde hace cinco siglos, por parte de sus vasallos, los
ciudadanos españoles.
Seguimos sufriendo ese vasallaje,
el de una monarquía ilegítima que sigue robando nuestra soberanía
y representando los intereses de las grandes empresas, que continúan
con el expolio de las selvas y montañas iberoamericanas. No
reconozco la legitimidad de ese ni de ningún rey. De ese o de ningún
presidente. Creo que la autoridad se sustenta en el tamaño del amor
del que son capaces las personas.
No obstante, he tenido la
suerte de viajar por América Latina y apreciar las culturas
nativoamericanas, que poseen una dimensión espiritual muy elevada,
desde los inipis y búsquedas de visión, hasta los inti raimis, los
calendarios del Sol y de la Luna, los médicos amautas, los taitas y
las mujeres medicina.
Los indios que pasean por la selva en
armonía, con todas sus necesidades cubiertas por ella, el concepto
de Madre Tierra, de Pacha Mama, vivo, respirando por cada poro, las
ofrendas que se le hacen, las danzas ancestrales para agradecer los
dones del cielo y de la tierra.
Muchos españoles hemos atestiguado la enorme
hospitalidad de sus pueblos, su magisterio musical, y hemos sido testigo
de montañas fantasma, reducidas a escombros, oradadas en busca de
oro y metales preciosos.
Hemos visto lagos como el Titiqaqa,
sagrados para quechuas, uros y aymaras, convertidas sus playas en
enormes vertederos...
Y aunque yo no tenga importancia y no represente a nadie más que a mí mismo, siento pedir perdón, en nombre
de mis ancestros, por todos los desmanes cometidos contra los indios
y mestizos. Por imponer un idioma, una religión y una cultura ajena
a ellos y por la falta de sensibilidad ante tanta grandeza.
Estamos inmersos en una crisis de
legitimidad, ni reyes ni presidentes son capaces de comprender (al
menos los de aquí) que necesitamos una reconciliación oficial y
aunque a día de hoy somos pueblos hermanos, y la cultura (de Aylla
Walla o americana) haya penetrado hondamente en el corazón de la
nación española y viceversa, continúa habiendo rencores profundos
que todavía no se han sanado.
Innumeras violaciones de mujeres, profanaciones de
pirámides, esclavitudes y trabajos forzados, pólvora y ejércitos
de saqueadores...
Sin embargo, como decía Pablo Neruda,
se lo llevaron todo, y lo dejaron todo. Nos dejaron las palabras.
Cristo eran los indios, y Roma, el imperio español que los
crucificaba. Como hicieron con los paganos celtas y griegos, con los
judíos y con los gitanos.
Aquí la raíz de conexión con Gaia,
con la Madre Tierra, ha sido arrancada, las mujeres sabias echadas a
la hoguera, las plantas medicinales, prohibidas y despreciadas... Por
eso veo a los pueblos indios como pueblos hermanos, ellos siempre me
han tratado como a un hermano, excepto en Brasil cuando les visité
en Altamira, y sentí tanto miedo y tanto odio, porque estas cosas
siguen pasando. Pero se siguen levantando hidroeléctricas que
inundan los pueblos de los indios y secan los ríos donde pescan.
Es terrible lo que trae “el progreso”
y veo a muchos pueblos nativos yendo por la misma senda, de
experimentar el materialismo.
Nosotros lo hemos probado, nos
hemos dado un atracón de comodidades y no nos han servido para ser
felices. Solo nos han embotado las mentes, los cuerpos y los
sentidos. Por eso aprendemos de los nativos y nos volvemos hacia lo
espiritual otra vez.
Tengo la profunda convicción de
que el conocimiento material y la sabiduría espiritual están
dejando de luchar en esta nueva era. Tenemos mucho que aprender los
unos de los otros.
Agradezco en nombre de mi pueblo las
medicinas que nos han compartido los pueblos nativo americanos.
Nosotros estamos empezando a recordar
las nuestras. Las runas célticas, el reiki, la numerología, el
tarot... ojalá podamos seguir compartiendo en armonía, aprendiendo
los unos de los otros.
Cante hondo y danza de tijeras, poesía
mística en castellano en una pachamanca. Rezar con tabaco en el
teepe, comprender los ciclos de la naturaleza con 4 diosas de la
mitología célta, celebrar el Inti raimi, saltar la hoguera en la
noche de San Juan, hacer una Queimada, o una dieta de ayahuasca...
Ojalá estos saberes dejen de ser perseguidos y ridiculizados.
Ojalá
esta sociedad comprenda lo que decía Saint Exuperi en El Principito
“Lo Esencial es invisible a los ojos”
La Tierra es una, como una es la
humanidad. Pero cada individuo es diferente, como cada árbol. Y
si... ustedes como los venados, los jacarandás y los cóndores,
nosotros somos como los olivos, los lobos y las águilas.
La Tierra no es de Nadie.
Y les pedimos perdón.
Porque somos nuestros ancestros
A los que damos las gracias por su
Amor.
Y devolvemos todo lo que no lo fuera.
Ojalá, no cometamos el mismo error, de
creernos nunca superior a nadie.
No somos mejores que una brizna de
hierba, ni peores que las ballenas.
Sin las abejas o las hormigas. Nadie de
nosotros, viviría.
Gracias hermanos, por cuidar tanto este
planeta.
Y recordarnos que todos somos lo mismo.
Que todos...
Somos la Tierra.