Ser el hijo de un rico y ser rebelde
Tengo miedo a no ser consecuente
A ser esposo y esposarme a la muerte
De pasar el domingo en el supermercado
Trabajar en la oficina
Y ver en el cine
Lo que no vivo
Tengo miedo de atascarme en los coches
Encadenarme a los bancos
Enterrarme entre papeles
Tengo miedo a la tele
Y al olor de los animales fritos
Entre risas y pociones de olvido
Tengo miedo de dejar de cantarle a los niños
De volver a lo que he sido
Pero ahora que medito
En el olvido de mí mismo
Me acuerdo
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