Carta al alma míaOh
Todo:
Disculpa el retraso de esta misiva
te escribo para
pedirte perdón por tantos agravios
sé que no ha sido agradable
pasar por tantos años de esclavitud
de hacer tantas cosas que no
sentíamos hacer.
Nos fuimos distanciando
demasiado trabajo para
escribir poemas, para dibujar, para tocar la guitarra
Hay otras cosas
importantes te decía
pero recuerdo aquellas tardes infinitas
en
las que nos las pasábamos imaginando.
Se hacían tan
cortas...
Llegaba la hora de recoger y mi alma estaba regada por el
piso
habíamos dado vida a tantos juguetes y creado tantas
historias...
Hoy que miro la lluvia cayendo detrás de la
ventana
me doy cuenta de que esto nos ha pasado a casi
tod@s, de una manera o de otra
te hablo del distanciamiento del alma.
No
se trata solo del niño interior, te hablo del creador, de aquel que
te realiza llevándote a la cima de ti mism@
esa cosa que me llevó a Amantaní, una isla
en el lago Titiqaqa a celebrar un eclipse de luna llena y roja... me habían dado techo y comida unos campesinos a cambio de sembrar papas y pagar algo de plata... la luna se sonrojaba y la sombra de la tierra la iba cubriendo. Mis amigos campesinos no le daban importancia a ese momento... así que
salí al campito solo, con un cuenco tibetano y una flauta... a cantar...y bajo la bóveda cristalina de 4000 metros de alturas sentí mi pequeñez y soledad. Y sin dejar de mirar la luna, me volví hacia adentro y fui sintiendo a las
personas que llevo en mi corazón... y mientras la luna se
ocultaba, mi alma se quitaba la ropa. Reí y lloré de felicidad. Conecté contigo. Conmigo.
Si, alma mía, tu que preguntas qué hago rodeado de máquinas
y ordenadores. Compartir...
pero tu me dices que parece que estuviese enchufado a esas máquinas de hospital. Desenchúfate.
si... cuando he estado a la orilla del
lago, o viviendo en una cabaña en medio del bosque
me he conectado a otra energía...
a mi
mismo... a ti, alma mía.
Y ahora, cuando paso por la calle y veo
a Luisa durmiendo entre cartones
y le llevo mantas comida, poesía... ella bebe vino...y me invita a un zumo.
Me dice que a los nueve perdió a su familia y
me pregunta por qué la gente con dinero muchas veces no es feliz...
le respondo que para ser feliz basta con compartir con quien lo
necesita.
Me pregunta, la vida es dura, ¿no?
Me quedo
pensando... le respondo que para saber lo que es la vida hay que
ponerse en el punto de vista de todo lo que vive.
Hoy le busco
una habitación por doscientos euros al mes.
Pienso que esta gente entre cartones tiene la
capacidad de hacer feliz a la gente. ¿Tan pocos quieren ser felices
que tan pocos comparten? Basta una palabra amable... llevarles algo
caliente. Y te sientes bien. Mi amiga Siracusa le llama egoísmo positivo.
El servicio nos realiza... este mundo no cambia solo.
Me dirijo a las personas que habitan mi corazón. Mi alma es un alma
colectiva. Cada vez que me doy cuenta de que yo soy la
vida. Y que cada persona o ser que amo, me amplía, y me siento, y respiro. Y te presiento acariciando mi alma con la mirada, y me hace feliz compartir y te doy las gracias, por compartir un poco de tu sagrado tiempo conmigo. Somos un@, alma amiga!.¡Amor y Alegría!