viernes, 29 de marzo de 2019

Carta de perdón a los pueblos nativo americanos


A todos los pueblos latinoamericanos:



El presidente del gobierno mexicano López Obrador ha exigido disculpas al rey de España, Felipe VI en nombre de los españoles, por los crímenes sucedidos desde la conquista, desde hace cinco siglos, por parte de sus vasallos, los ciudadanos españoles.

Seguimos sufriendo ese vasallaje, el de una monarquía ilegítima que sigue robando nuestra soberanía y representando los intereses de las grandes empresas, que continúan con el expolio de las selvas y montañas iberoamericanas. No reconozco la legitimidad de ese ni de ningún rey. De ese o de ningún presidente. Creo que la autoridad se sustenta en el tamaño del amor del que son capaces las personas.
No obstante, he tenido la suerte de viajar por América Latina y apreciar las culturas nativoamericanas, que poseen una dimensión espiritual muy elevada, desde los inipis y búsquedas de visión, hasta los inti raimis, los calendarios del Sol y de la Luna, los médicos amautas, los taitas y las mujeres medicina.
Los indios que pasean por la selva en armonía, con todas sus necesidades cubiertas por ella, el concepto de Madre Tierra, de Pacha Mama, vivo, respirando por cada poro, las ofrendas que se le hacen, las danzas ancestrales para agradecer los dones del cielo y de la tierra.

Muchos españoles hemos atestiguado la enorme hospitalidad de sus pueblos, su magisterio musical, y hemos sido testigo de montañas fantasma, reducidas a escombros, oradadas en busca de oro y metales preciosos.
Hemos visto lagos como el Titiqaqa, sagrados para quechuas, uros y aymaras, convertidas sus playas en enormes vertederos...

Y aunque yo no tenga importancia y no represente a nadie más que a mí mismo, siento pedir perdón, en nombre de mis ancestros, por todos los desmanes cometidos contra los indios y mestizos. Por imponer un idioma, una religión y una cultura ajena a ellos y por la falta de sensibilidad ante tanta grandeza.

Estamos inmersos en una crisis de legitimidad, ni reyes ni presidentes son capaces de comprender (al menos los de aquí) que necesitamos una reconciliación oficial y aunque a día de hoy somos pueblos hermanos, y la cultura (de Aylla Walla o americana) haya penetrado hondamente en el corazón de la nación española y viceversa, continúa habiendo rencores profundos que todavía no se han sanado.

Innumeras violaciones de mujeres, profanaciones de pirámides, esclavitudes y trabajos forzados, pólvora y ejércitos de saqueadores...
Sin embargo, como decía Pablo Neruda, se lo llevaron todo, y lo dejaron todo. Nos dejaron las palabras.
Cristo eran los indios, y Roma, el imperio español que los crucificaba. Como hicieron con los paganos celtas y griegos, con los judíos y con los gitanos.
Aquí la raíz de conexión con Gaia, con la Madre Tierra, ha sido arrancada, las mujeres sabias echadas a la hoguera, las plantas medicinales, prohibidas y despreciadas... Por eso veo a los pueblos indios como pueblos hermanos, ellos siempre me han tratado como a un hermano, excepto en Brasil cuando les visité en Altamira, y sentí tanto miedo y tanto odio, porque estas cosas siguen pasando. Pero se siguen levantando hidroeléctricas que inundan los pueblos de los indios y secan los ríos donde pescan.
Es terrible lo que trae “el progreso” y veo a muchos pueblos nativos yendo por la misma senda, de experimentar el materialismo.
Nosotros lo hemos probado, nos hemos dado un atracón de comodidades y no nos han servido para ser felices. Solo nos han embotado las mentes, los cuerpos y los sentidos. Por eso aprendemos de los nativos y nos volvemos hacia lo espiritual otra vez.

Tengo la profunda convicción de que el conocimiento material y la sabiduría espiritual están dejando de luchar en esta nueva era. Tenemos mucho que aprender los unos de los otros.
Agradezco en nombre de mi pueblo las medicinas que nos han compartido los pueblos nativo americanos.
Nosotros estamos empezando a recordar las nuestras. Las runas célticas, el reiki, la numerología, el tarot... ojalá podamos seguir compartiendo en armonía, aprendiendo los unos de los otros.
Cante hondo y danza de tijeras, poesía mística en castellano en una pachamanca. Rezar con tabaco en el teepe, comprender los ciclos de la naturaleza con 4 diosas de la mitología célta, celebrar el Inti raimi, saltar la hoguera en la noche de San Juan, hacer una Queimada, o una dieta de ayahuasca... Ojalá estos saberes dejen de ser perseguidos y ridiculizados.
Ojalá esta sociedad comprenda lo que decía Saint Exuperi en El Principito “Lo Esencial es invisible a los ojos”
La Tierra es una, como una es la humanidad. Pero cada individuo es diferente, como cada árbol. Y si... ustedes como los venados, los jacarandás y los cóndores, nosotros somos como los olivos, los lobos y las águilas.

La Tierra no es de Nadie.
Y les pedimos perdón.
Porque somos nuestros ancestros
A los que damos las gracias por su Amor.
Y devolvemos todo lo que no lo fuera.
Ojalá, no cometamos el mismo error, de creernos nunca superior a nadie.
No somos mejores que una brizna de hierba, ni peores que las ballenas.
Sin las abejas o las hormigas. Nadie de nosotros, viviría.
Gracias hermanos, por cuidar tanto este planeta.
Y recordarnos que todos somos lo mismo.
Que todos...
Somos la Tierra.

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