miércoles, 27 de julio de 2016

Teoría y práctica amorquista

Este artículo es el inicio de un ensayo sobre el amorquismo. Se trata de un abordaje filosófico y espiritual  cuya vocación es ampliarse en artículos sucesivos que tratarán entre otras cosas de las aplicaciones prácticas del amorquismo, como la educación el empleo, la organización social... este es un texto-diálogo, en el que cualquier persona, puede aportar su perspectiva, gracias a los debates que suscita este texto posteriormente, ampliaremos algunos conceptos e iremos hilando más fino. 

TEORÍA Y PRÁCTICA AMORQUISTA


Introducción 

Desde hace milenios, tenemos constancia de maestros y maestras que han predicado la unidad de todas las cosas, pero no es sino con la experiencia del uno, que esto se hace patente para el individuo, y este actúa en consecuencia.
Para llegar a esta experiencia cumbre, ha habido numerosas técnicas iniciáticas, desde el uso de plantas enteógenas hasta la práctica de yoga, meditación, ascetismo etc.
Lo cierto es que solo la vida misma demuestra este hecho empíricamente irrefutable, pues al igual que la gota de agua acaba en el mar, nuestro origen es nuestro destino. La unidad.
De la misma manera que los elementos que conforman nuestro cuerpo, vuelven a reunirse, (lo sólido se hace suelo, lo líquido se hace agua, el aliento vuelve al viento y el fuego, el alma, vuelve a la vida.) ¿Por qué esto habría de ser distinto?
Lo sabemos por instinto, y no es sino la enfermedad de la sociedad desconectada de la naturaleza que es capaz de producir semejante ignorancia.
El aprendizaje desde el afuera, desde la apariencia ilusoria, lleva a muchos engaños, vivimos sobre la superficie de la tierra una vida superficial y no es sino mirando más allá de las formas, que nos daremos cuenta de la energía que hay en cada una de las manifestaciones del espacio y del tiempo.
Del gran arte del sueño colectivo.
Más allá de la turbulenta superficie del mar, hallamos un universo infnito e insondable origen y productor de vida. Lo mismo sucede con nosotros. Más allá de nuestras inquietas pieles y nuestros turbulentos ríos de sangre, existe una realidad contemplante. Un testigo del ego, un alma creadora.
El amorquismo nació en mi a través de la idea de Jesús, de "Yo Soy el Alfa y el Omega"
La interpretación que le doy a esto es que esa frase es como decir "yo soy todo, de la A a la Z"
Ser la A supone ser tanto Amante como Anormal, Ameba y Ano, Antena y Álamo.
Desde nuestro punto de vista no hay inteligencia sin amor. El entendimiento sucede a través de la compasión, no basta con un análisis racional del objeto, podemos diseccionar un caracol y seguir sin entenderlo, pero si lo amamos, si le dedicamos nuestro amor a cualquier ser... entonces, podremos comprender la visión de la conciencia que lo habita. Es mucho más aguda la mirada del corazón que los bisturís de los científicos que intentan entenderlo todo con un solo emisferio del cerebro. Amar y razonar, intuir y observar, Ser holísticamente, con cuerpo, mente y alma, Todo.
De la A a la Z está la N y en la N está la Nada y en la M está el Mal.
Compartimos la creencia de que todo tiene su lugar en el mundo, y que verdaderamente, no hay nada intrínsicamente malo, tan solo hay cosas que están fuera de su lugar natural, como una bolsa de plástico en el río. Pero incluso eso, desde una perspectiva más elevada tiene su por qué. Su causa y su efecto, y nuestro juicio sólo genera más basura. Resistencia a amar incondicionalmente, todo lo que es.

Si somos Todo, ¿qué no hemos de amar? Si somos Todo, somos nada, porque el todo está hueco, observen un átomo, un sistema solar, cualquier fractal de este universo... el 99% es vacío, y sin embargo, está pleno de energía, de relaciones energéticas y gravitacionales. El vacío está lleno y solo vaciándonos, nos podemos volver a llenar.

El conocimiento es como respirar. Vaciamos, llenamos... solo podemos acercarnos a la verdad desde la inocencia. Si no, aquello que miramos será nuestra propia proyección mental y solo veremos nuestro reflejo en el espejo. Sin embargo, si nosotros mismos nos volvemos un espejo, entonces, al acercarnos al espejo de la vida, veremos el infinito. En todo lo que nos rodea.

No hay experiencia más linda que mirar a otra persona a los ojos, pues los ojos dibujan un infinito en la cara, y las pupilas, el vacío que habita el centro de la dualidad que forma el ocho tumbado del infinito. Un ojo por cada hemisferio, por cada polo... el yin y el yang en una sola mirada que forma el Tao de todas las cosas, la unidad que observa hacia dentro y hacia fuera.

El amorquismo es amor más libertad, pues solo el amor incondicional es verdaderamente Amor. Podemos decir que amor es todo y no nos equivocaremos, pero aceptar que todo es amor, implica la aceptación de que todo es amor y eso ya es amor incondicional.
Las cosas hay que saberlas con el corazón, si no, es igual que si se ignorasen. Hay que vivirlas pues si no, el conocimiento es postureo que no trae beneficio alguno, (salvo la enseñanza a través del karma) sino el ensanchamiento del sucedáneo de nuestro yo. La sombra de nuestra luz. Actuar ciegos a la ley del Uno.

El ego no es algo a destruir, sino a aceptar y domesticar. El ego son las nubes que permiten que la vida se manifieste en nuestro plano, más allá del frío espacio y las estrellas. El ego es concentración y especialización en una energía del ser, a pesar del olvido total o parcial de la fuente de donde ha salido.
El ego es un sacrificio necesario para poder conocer todo lo susceptible de ser conocido, pues la consciencia cósmica no tiene límites, al igual que el ego, tampoco, pero es imposible vivir la consciencia cósmica desde otro ego, desde la identificación con el ser parcial de esta consciencia.

El amorquismo no pretende ser una filosofía más, sino la práctica de la coherencia de nuestra subjetividad, y la puesta en común de esta.
Aceptamos que no partimos sin más bagaje que la experiencia que nos ha tocado vivir. Pero compartimos nuestro bagaje, entregamos las conclusiones de nuestra experiencia humana para ampliar nuestra conciencia y ansiamos, que se funda con las visiones complementarias de todos los seres que deseen compartirlas.
La amistad es así, cada uno comparte su visión, el amorquismo es una fraternidad de puntos de vista , nos amamos y ensanchamos unos a otros, en este compartir.

Por tanto, el amorquismo precisa manifiestos, visiones, aportaciones subjetivas.
Nace con la vocación de saber de las diferentes prácticas y vivencias, de nuestros amigos, amorquistas o no, indiferentemente. Pues los amorquistas no somos amorquistas. Simplemente somos. Y queremos amar y ser el otro, por lo cual, afirmamos, que te queremos conocer. Esta es la razón de que nos dirijamos a ti. El amorquismo no es unidireccional, sino circular.
Puedes escribir a elamorlocuratodo@gmail.com , comparte tu perspectiva y la publicaremos en amorquismo.blogspot.com Nos necesitamos realizados, somos un puzzle de piezas que crecen y se desarrollan a través de la experiencia de sí mismos en la vida.


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